Sentido.
Después de más de 15 años de recorrido en nuestra comunidad y ante la cruda realidad de violencia en la que vivimos inmersos, surge una inquietud en cuanto a cuál debe ser nuestro papel transformador como seglares en nuestra propia comunidad.
Si bien es cierto no estamos en la posibilidad de intervenciones radicales sí tenemos un amplio espacio para difundir el carisma Palautiano y con él, el amor de Dios entre los jóvenes de nuestra comunidad. En este sentido, la genuina preocupación de algunos miembros que cuestionan nuestra falta de “misiones” como parte integral de nuestra vida comunitaria, encaja perfectamente con el poder que tenemos para luchar desde nuestra realidad con la situación de violencia a la que nos enfrentamos.
La idea es muy básica pero no por eso menos efectiva: un joven más en el seglar, debería ser