Sentido.
Después de más de 15 años de recorrido en nuestra comunidad y ante la cruda realidad de violencia en la que vivimos inmersos, surge una inquietud en cuanto a cuál debe ser nuestro papel transformador como seglares en nuestra propia comunidad.
Si bien es cierto no estamos en la posibilidad de intervenciones radicales sí tenemos un amplio espacio para difundir el carisma Palautiano y con él, el amor de Dios entre los jóvenes de nuestra comunidad. En este sentido, la genuina preocupación de algunos miembros que cuestionan nuestra falta de “misiones” como parte integral de nuestra vida comunitaria, encaja perfectamente con el poder que tenemos para luchar desde nuestra realidad con la situación de violencia a la que nos enfrentamos.
La idea es muy básica pero no por eso menos efectiva: un joven más en el seglar, debería ser
un generador de violencia menos. Es decir, no es necesario irse al extremo pensando que un seglar más es un delincuente menos. Porque eso sería como aceptar que la delincuencia es el único mal que aqueja nuestras realidades. La falta de amor en las familias de nuestra comunidad, los constantes conflictos entre los vecinos, esa falta de unidad, todas esas situaciones son semilleros fecundos para una cultura de violencia.
Por tanto, una misión constante que debemos realizar es la de preocuparnos por transformar nuestra realidad: en este sentido necesitamos que nuestro grupo crezca. No porque simplemente queremos ser más. Es porque es una forma directa de misionar en nuestra propia realidad. En cada encuentro, en cada reunión. Si pasamos de ser 20 a ser 100. Nuestro poder evangelizador se multiplica enormemente. A eso somos llamados. A no quedarnos de brazos cruzados mientras nuestra sociedad se desgarra en la violencia.
Pero. ¿Cómo lo hacemos?
Parece difícil. Parece difícil pues sentimos que con dificultad llevamos un grupo de 20, con más dificultad llevaremos uno de 100 o de 500 o de 1000. Pero no es ese el problema. Es cuestión de cómo nos organizamos. De cómo nuestra estructura de grupo permite ese crecimiento de forma natural.
Nuestro grupo está conformado por personas que tienen muchos años de caminar en el grupo y otros que tienen apenas unos meses. Muchos hemos vivido los procesos de formación, en la medida que se han ido construyendo, pero definitivamente a todos nos falta crecer. Si revisamos nuestro plan de formación encontraremos muchos vacíos en cuanto a la forma en que debe aterrizarse la formación.
El Plan de formación como tal es un guía muy general de los temas que debiéramos conocer y discutir como mínimo. Pero existen dos dimensiones importantes que debemos tomar en cuenta: EL SABER y EL SER. Conocer de la biblia y la estructura de la historia de salvación a través del antiguo y del nuevo testamento, conocer la vida de los santos carmelitas y aprender sus enseñanzas más importantes, conocer los documentos de la iglesia y saber interpretarlos y mucho temas más. Tienen un componente que nos ayuda a SABER Más. Con qué objetivo: porque se convierten en nuestras armas de batalla, porque dan sentido a nuestra integridad como miembros de la iglesia. Porque nuestra religión nos es un dogma de fe incomprensible si no todo tiene un sentido y un porqué. Y cuando vamos a orientar a otros esto lo debemos tener muy claro. El SABER puede medirse, pueden hacerse exámenes de conocimiento, pruebas de todo tipo.
EL SER es el otro aspecto de nuestra formación que no es tan fácil de conocer o palpar. Es decir, podremos habernos leído la biblia y conocer todos los escritos de los santos carmelitas, pero en qué medida ese estudio ha transformado mi forma de pensar, de actuar, de comunicarme con las personas. En qué medida existe una unidad entre lo que SE y lo que SOY. ¿En qué medida todas las maravillas que puedo hablar sobre la oración soy capaz de hacerlas vida? Esto es más difícil de evaluar desde fuera, pero no por eso debemos olvidarnos de ellos en nuestros procesos de crecimiento y acompañamiento.
Con estas ideas en mente, quiero presentar un bosquejo de lo que podría ser una estructura que nos permita crecer tanto en número de miembros como espiritualidad, para los que ya participamos del grupo. Y crecer tanto en El SABER como en El SER. No pretendo escribir un documento final y que se desarrolle de forma exacta como lo describo. Si no más bien, aportar un esquema inicial sobre el que se pueda ir construyendo, con ideas de todos, el esquema de trabajo definitivo...
"Nuestro poder evangelizador se multiplica enormemente..." pero debe crecer desde mi interior, y desde mi propio sentir debo contagiar a mis hermanos para que ellos experimenten su propia experiencia de amor. Me encanta el articulo y reflexiono: "¿soy una persona que invita a formar parte de la familia seglar?
ResponderEliminarconsidero que nuestro aporte es muy poco a la cruda realidad que vivimos, como parte de un programa de prevencion ciudadana he vivido encarne propia la falta de amor y afecto que muchos jovenes tiene, y he podido constatar que no necesitas de grandes cosas para hacerles sentir importantes, entonces el punto es que si considero que podemos hacer pequeñas cosas en esta gran empresa solo esta ponernos en accion.
ResponderEliminarTiti: tu reflexión me parece muy acertada y tu pregunta necesaria. Por eso creo que debemos crecer en nuestra espiritualidad. Es de adentro hacia afuera y no lo contrario. Si no, no hay nada que podamos contagiar, obviamente, para contagiar, hay que estar contagiado...
ResponderEliminarMario: exacto ese es el punto, la acción. Procuraré darme prisa con esta propuesta para que la acción no se alargue... y espero que surjan otras propuestas tambien!.
GRACIAS POR SUS COMENTARIOS!!!!
Adelante hermanos, desde Costa Rica, unidos en la esperanza que nace del amor encendido en nuestra fe, los apoyamos. Ahora bien, es magnífica la idea que aportan no sólo para su crecimiento como comunidad CMS sino para todas las demás comunidades que vivimos como laicos el carisma Carmelitano-palautiano.
ResponderEliminarIgualmente en Costa Rica ya a las puertas del fin de año, hemos comenzado a reflexionar igual que uds. en nuestra identidad, proyección y carisma, unidos a la Congregación a la que estamos vinculados, realizamos nuestro aporte a la Relectura del carisma, desde los quince años que cumple el CMS de Adultos y los tres que cumple el de jóvenes.
En el CMS de jóvenes surgió una pregunta similar, cómo hacer para contagiar más jóvenes y para fortalecer la formación desde los contenidos propuestos por el Plan de formación y la experiencia de vida. Aunado a esto comenzamos un ciclo de reflexión que estará publicandose en nuestro blog, que igualmente les invitamos a agregar: cmscostarica.blogspot.com
Así las cosas creo que para comenzar hemos de enamorarnos del Cristo Total: Cabeza y Cuerpo Místico-moral, hemos de ser testigos de su resurrección ante el mismo pueblo que dice conocerlo y amarlo, hemos de ser nosotros esas antorchas que no solo iluminen sino que ardan y traigan de nuevo, a casa, el calor del amor primero, hemos de ser más díscipulos que escuchen y vivan con amor las palabras de su maestro.
Debemos, pues, ser Iglesia; sin mancha ni arruga, la esposa siempre amante del Cordero.
Bendiciones y saludos desde Costa Rica
Muchas gracias a los amigos de CMS de Costa Rica!!! nos alegra mucho que nuestras experiencias se puedan ir enriqueciendo mutuamente!!!
ResponderEliminarPues esa es la idea, ir aportando ideas, inquietudes, reflexiones, para que podamos crecer como familia. Un abrazo y felicitaciones también por su blog!... Espero sigamos "leyendonos"...
Bendiciones!!!
es muy interesante lo que han puesto yo algunas cosas no las sabia
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